Los reclamos no conmueven a las autoridades comunales ni al Ministerio de Obras Públicas. Gran parte de los baches y residuos cloacales se concentran en las transitadas rotondas Oasis y Reloj.

Ciudad del Este, capital comercial de la región y uno de los destinos de compras más populares –en especial para los brasileños–, enfrenta una situación que pone en evidencia un lamentable abandono por parte de las autoridades locales y nacionales. La ruta internacional PY02, principal vía de acceso al centro urbano, se encuentra en un estado crítico de deterioro, con profundos baches, banquinas destruidas y aguas negras emergiendo del sistema cloacal forman parte del paisaje diario entre las rotondas Oasis y Reloj, uno de los tramos más transitados por turistas y residentes.
El último gran trabajo de mantenimiento en esta vía se realizó durante el gobierno anterior, bajo la administración del entonces ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens. Desde entonces, el pavimento ha sufrido el desgaste natural, agravado por el paso constante de miles de vehículos, incluyendo camiones de carga pesada que circulan durante todo el día. La falta de atención y refuerzo estructural ha dejado sus huellas visibles en cada metro de la ruta.
No solo la calzada está visiblemente dañada; las banquinas de ambos sentidos –tanto de entrada como de salida del país– presentan señales de deterioro. Esta combinación de abandono institucional y uso intensivo ha transformado un tramo vital en una amenaza constante para conductores, motociclistas y peatones, que diariamente deben sortear baches de todos los tamaños con riesgo de accidentes o daños materiales.
La situación se agrava con el precario sistema de alcantarillado. Desde el lunes, una avería en la red cloacal de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) liberó el vertido de aguas servidas sobre el asfalto, generando un hedor insoportable y visible contaminación. “Es una pena ver a los visitantes cruzar la ruta tapándose la nariz. Es una vergüenza. Desde el lunes estamos así y nadie aparece a reparar nada”, expresó Jorge Giménez, un mototaxista que trabaja en la zona más afectada del microcentro.
Sus palabras resumen el sentir de una ciudadanía harta de la indiferencia estatal. “No estamos bien. Si no es la falta de agentes de tránsito, es la cloaca. Vamos de mal en peor. ¿Dónde están las autoridades?”, refirió el trabajador. WF

Fuente. UH