El gobernador César Torres confirmó que se sumarán más 10 agentes de la Patrulla Caminera para tratar de agilizar el tráfico vehicular sobre la ruta PY02. La Policía Nacional no da abasto.

Ciudad del Este vive desde el jueves último un auténtico colapso vehicular, consecuencia directa de la huelga de funcionarios municipales, quienes reclaman el pago atrasado de salarios correspondientes a los meses de junio y julio. La ausencia de agentes de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) en las calles, ya sea por inasistencia o brazos caídos, dejó a la ciudadanía librada a su suerte en medio del ya habitual y complicado tráfico de la capital departamental. El cuadro es especialmente crítico en el horario de salida laboral, entre las 16:00 y las 19:00. A esa franja horaria, de por sí congestionada, se suma la falta de control, provocando embotellamientos kilométricos en los principales accesos a la ruta PY02. Los vehículos están atrapados durante más de una hora para avanzar apenas un kilómetro.
El punto más conflictivo se registra en las avenidas Bernardino Caballero y Alejo García, que descargan frente al edificio municipal y se conectan con las avenidas Pioneros del Este y Concejal Romero.
Desde el jueves se multiplican los reportes de filas interminables y esperas exasperantes. “Es un verdadero dolor de cabeza”, coinciden los automovilistas, quienes al peso de la jornada laboral deben añadirle la tortura de un tránsito infernal que se paraliza ante la mínima maniobra indebida.
La ausencia de agentes obliga a que muchos conductores intenten sortear el problema a su manera, cruzando paseos centrales, realizando giros prohibidos, lanzándose a calles alternativas, generando aún más desorden y peligro. La falta de educación vial agrava la crisis. Son los propios conductores quienes terminan bloqueando las bocacalles al intentar avanzar sin ceder el paso, lo que multiplica los atascamientos internos.
La escena se completa con bocinazos, discusiones en plena calzada y reclamos mutuos entre choferes que, sin darse cuenta, contribuyen al caos.
DESESPERANTE. Javier Maldonado, trabajador del Mercado de Abasto y estudiante universitario, relató su experiencia. “El jueves esperé 2 horas para llegar hasta la PY02. No pensé que la situación fuera tan complicada. Sinceramente es desesperante. Todos sabemos que la salida es lenta, pero se circulaba. Ahora es diferente. Entre los mismos conductores se bloquean en las bocacalles y todo se paraliza. Yo vivo en San Rafael y ese día me tomó dos horas cruzar apenas un kilómetro. Sinceramente, del estrés me dio dolor de cabeza”.
El joven explicó que desde entonces debió modificar completamente su trayecto. “Ahora tengo que girar por el lago de la República, llegar a la rotonda del kilómetro 3 y medio, tomar el barrio Pablo Rojas y recién ahí volver al centro por la zona norte. Gasto más combustible porque, en vez de cruzar de sur a norte, tengo que bordear todo el microcentro para poder ir a mi casa, cambiarme e irme a la facultad. No hay de otra”.
Con tono de indignación, Maldonado apuntó a las autoridades municipales. “Esto es un conflicto político entre colorados e independientes, pero los que sufrimos somos los ciudadanos. Yo le pregunto a los agentes de la PMT: ¿No tienen hijos, madres, hermanos que también estudian o trabajan?, después de un día largo, lo único que uno quiere es llegar a su casa. Salgan a la calle a trabajar, por favor”.
REFUERZO. Ante la magnitud del problema, el gobernador del Alto Paraná, César “Landy” Torres, informó que gestionó ante el Ministerio de Obras Públicas un refuerzo de la Patrulla Caminera para organizar el tránsito sobre la PY02 y sus rotondas más concurridas como la Reloj, Oasis, Tres y Medio y Área 1. “Me confirmó el director nacional de la Patrulla Caminera, inspector general Eutacio Ignacio González, que van a enviar 10 agentes más desde hoy para reforzar Ciudad del Este”, publicó el gobernador en sus redes sociales.
Sin embargo, los propios usuarios de la ruta reconocen que el esfuerzo es insuficiente, ya que la magnitud del problema supera a los efectivos disponibles.
Más allá del conflicto laboral en la Municipalidad, Ciudad del Este enfrenta un problema estructural de tránsito desde hace años. El crecimiento exponencial de la flota vehicular, tanto de automóviles como de motocicletas, no estuvo acompañado de nuevas calles ni avenidas. A ello se suma el deficiente servicio de transporte público, que obliga a muchas familias a depender de un vehículo propio.
Las inversiones realizadas, como el superviaducto del kilómetro 7, resolvieron parcialmente el cuello de botella en ese punto, pero en el resto de la ciudad el problema persiste. El caos de estos días dejó en evidencia lo frágil que es la movilidad urbana en la capital altoparanaense.
Fuente. UH