Un enigmático objeto interestelar, el tercero jamás detectado, muestra un comportamiento anómalo que ha llevado a un científico de Harvard a especular sobre una posible «maniobra de desaceleración controlada»

La hipótesis, tan audaz como sugerente, ha saltado desde la Universidad de Harvard para convertir a un enigmático visitante en un completo rompecabezas para la comunidad científica. La idea que se baraja es que el extraño comportamiento de 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar detectado en la historia, podría no ser producto del azar, sino el resultado de una maniobra de frenado deliberada. Esta conjetura, aunque especulativa, intenta dar sentido a una serie de anomalías que desafían los modelos astronómicos actuales. Esta línea de pensamiento no es nueva para algunos académicos, pues hay un destacado científico de Harvard que cree que el objeto interestelar podría ser tecnología extraterrestre, desafiando las explicaciones convencionales de la NASA.
De hecho, el desconcierto se originó al observar su cola. En un primer momento, el objeto celeste proyectó una insólita «anticola», un chorro de material que, contra toda lógica, apuntaba directamente hacia el Sol. Sin embargo, poco después el patrón cambió drásticamente y 3I/ATLAS pasó a exhibir una cola convencional, idéntica a la de cualquier otro cometa que se aproxima a nuestra estrella. Todo esto, documentado por Avi Loeb en su blog en Medium, lleva a pensar que está actuando de manera inteligente.
Asimismo, su propia naturaleza material resulta ser una rareza cósmica. Los análisis revelan que está compuesto por una aleación de níquel sin precedentes en la naturaleza, una composición que, carece casi por completo de hierro. A esta singularidad se une una masa colosal de 33.000 millones de toneladas y una actividad inexplicable: el objeto emite grandes cantidades de vapor de agua a una distancia del Sol en la que el hielo, teóricamente, debería permanecer congelado.
Las claves de un enigmático visitante cósmico
Por si fuera poco, su origen lo convierte en una auténtica reliquia del universo. Las primeras estimaciones sobre su edad, que podría rondar los 10.000 millones de años, lo sitúan como el cometa más antiguo jamás observado. Su trayectoria confirma que ha vagado por el espacio interestelar durante eones antes de cruzar nuestro vecindario cósmico, despertando un interés mayúsculo entre los astrónomos. Este tipo de fenómenos cósmicos se suman a otros enigmas que desconciertan a los expertos, como las ráfagas de radio desconocidas que llegan a la Tierra desde galaxias lejanas.
Ante este cúmulo de extrañezas, la Red Internacional de Alerta de Asteroides ya lo ha incluido en su lista de vigilancia. A pesar del exhaustivo seguimiento, los expertos han querido transmitir un mensaje de calma a la población, confirmando que el objeto no representa ninguna amenaza para nuestro planeta.
En cualquier caso, la comunidad científica aguarda con enorme interés las próximas semanas, cuando se esperan las primeras imágenes de alta resolución del objeto. La fecha clave será el 29 de octubre, día en que 3I/ATLAS alcanzará su perihelio, el punto más cercano al Sol, a una distancia de 1,8 veces la que separa la Tierra de nuestra estrella. Su nombre, por cierto, responde a las siglas del sistema de telescopios que lo descubrió: el Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System de la NASA.
Fuente. www.larazon.es

