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Cataratas de Yguazú alcanza récord histórico de visitantes de 127 países

Demanda. La afluencia de turistas en las Cataratas del Yguazú rompió los registros anteriores.

Cataratas de Yguazú alcanza récord histórico de visitantes de 127 países

El aire húmedo y tibio del bosque atlántico se impregna de un rugido constante. Es el sonido de las Cataratas del Yguazú, un concierto natural que nunca se detiene. En octubre, en el lado brasileño, alcanzó un récord histórico de visitantes, con 181.065 personas de 127 países que llegaron para contemplar una de las maravillas más imponentes del planeta.

El dato, confirmado por la administración del Parque Nacional Yguazú, representa un aumento del 8,39% respecto al mismo mes del año anterior y supera el récord previo de 2019.

En lo que va del año, más de 1,6 millones de visitantes ya cruzaron sus portones, consolidando al parque como referente mundial del ecoturismo y la conservación ambiental.

Entre los visitantes de octubre, los brasileños lideran la lista con más de 103.000 personas, seguidos por argentinos (33.000), alemanes (6.381), estadounidenses (3.528), paraguayos (3.269), españoles (2.944) y franceses (2.750).

Cada grupo llega con su idioma, su cultura y su manera de mirar, pero todos comparten la misma expresión cuando el agua los envuelve: Una mezcla de respeto y asombro absoluto.

El Parque Nacional de Yguazú invita a los visitantes a practicar un turismo consciente. Comprar los boletos con antelación, usar ropa cómoda y calzado cerrado, protegerse del sol y, sobre todo, respetar la naturaleza. No alimentar animales, no fumar, no dejar residuos. Cada gesto importa, porque el equilibrio del lugar depende de todos.

MONUMENTAL. Las Cataratas del Yguazú nacen del río del mismo nombre, que serpentea durante 1.320 kilómetros antes de precipitarse en un abismo monumental, justo en el punto donde Brasil y Argentina se abrazan entre bruma y verde. Son 275 saltos de agua que caen desde alturas que superan los 80 metros, extendiéndose por casi 2,7 kilómetros de longitud.

El salto más impresionante, la Garganta del Diablo, concentra la mayor parte del caudal. Se trata de una herradura inmensa donde el agua se desintegra en nubes de vapor que cubren el cielo. Desde las pasarelas, el visitante no solo observa, siente el estruendo en el pecho, el rocío en la piel y la vibración de la tierra bajo los pies.

Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1986, el Parque Nacional do Iguaçu protege más de 185.000 hectáreas de selva subtropical, uno de los últimos refugios del Bosque Atlántico, un ecosistema de altísima diversidad biológica.

Aquí conviven más de 2.000 especies de plantas y 400 especies de aves, además de mamíferos emblemáticos como el jaguar, el tapir, el oso hormiguero gigante y los siempre curiosos coatíes, que acompañan al turista en su caminata.

El parque, además, conecta con su contraparte argentina –el Parque Nacional Yguazú– conformando una de las áreas de conservación más importantes del continente.

MEJORAS. El éxito turístico no llega solo. Detrás del récord hay un esfuerzo sostenido por combinar preservación y desarrollo responsable. La concesionaria que administra el parque ha implementado una serie de mejoras con senderos pavimentados, una ciclovía ecológica, un moderno Espacio Usina que rescata la memoria histórica del lugar y experiencias inmersivas como “Amanecer en las Cataratas”, “Pôr do Sol” y “Céu das Cataratas”, donde los visitantes pueden presenciar el despertar o el anochecer del bosque.

“Queremos que cada persona se lleve una experiencia transformadora, pero sin olvidar que somos huéspedes en este territorio”, explica Mario Macedo Junior, CEO de la empresa administradora.

La apuesta ha dado frutos. El parque fue reconocido en 2025 con el premio “Travellers’ Choice – Best of the Best” de Tripadvisor, destacándose como la mejor atracción turística de Brasil y Latinoamérica, y una de las 25 mejores del mundo.

En octubre, las cataratas rugieron más fuerte que nunca. Y su eco, una vez más, recorrió el mundo.

Fuente. D10

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