Gabriel Escobar, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, estuvo a cargo la homilía del primer día del novenario de la Virgen de Caacupé 2025 y no desaprovechó la oportunidad para reprochar la ausencia del Estado y la falta de sentido común de las autoridades que se comprometieron a servir al pueblo.

Bajo el lema “Promover el bien común para una vida digna”, monseñor Gabriel Escobar, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, dio apertura al novenario de la Virgen de Caacupé, lanzando fuertes críticas a las autoridades que carecen de sentido común para servir al pueblo.
“El camino de la fe está sembrado de pruebas y debates. Es necesario abrirse totalmente a Dios que solo busca, en su encuentro con el hombre, humanizar y abrir caminos de esperanza para el hombre mismo”, reflexionó.
Siguió mencionando que surgen las murmuraciones, el descontento, el rechazo y las críticas de la gente de a pie en nuestro país y la pregunta de por qué los paraguayos y paraguayas recurren a la Virgen de Caacupé cada inicio de su novenario.
“Una primera respuesta es porque muchas veces nos sentimos defraudados, engañados por lo que nos prometieron cuando nos decían que querían servir al pueblo y querían promover el bien común para una vida más digna y llevadera para todos los paraguayos”, sentenció.
Si bien reconoció los avances en el país, como el fortalecimiento de la macroeconomía, el crecimiento a nivel financiero y las inversiones nacionales e internacionales con grandes eventos, cuestionó que “cuesta ver” a los más pobres, sencillos, desamparados, a aquellos que “día a día deben rezar a Dios y a la Virgen para que les alcance el dinero para terminar bien la semana, el mes, el año”.
En ese punto de su homilía, reflexionó que se debe analizar el porqué del descontento en la población e increpó a las personas que se comprometieron a servir a su pueblo y no servirse de ellos.
“Muchas de las veces, el sentido común no es bien utilizado por las personas que se comprometieron a servir a su pueblo y no servirse de su pueblo”, reclamó tajante el religioso en medio del aplauso de los feligreses.
Salud, transporte público, falta de tierra y otros males
El obispo lamentó que las instituciones públicas “hacen agua por todas partes”, mientras el pueblo “no ve ni una mejoría o aumento en su salario, sino, al contrario, se va dando una precarización de sus conquistas”.
Todo esto ocurre mientras otros estamentos de la sociedad “se aumentan el sueldo sin qué ni para qué, dejando de lado al pueblo que debe recurrir a las polladas, rifas y manifestaciones para costear el precio que tiene la salud en Paraguay”.
“Los de allá arriba tienen los mejores seguros médicos pagados por el pueblo”, apeló y recordó la situación que viven los pacientes en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan).
Tampoco se olvidó del suplicio que deben pasar los asegurados y aseguradas del Instituto de Previsión Social (IPS), donde “son interminables y constantes los problemas de atención y la falta de medicamentos”.
A todo esto se suman las constantes reguladas y el mal servicio del transporte público, mientras “los de arriba manejan sus autos y camionetas de alta gama”.
“A la vez, don pueblo debe rogar y luchar para conseguir un pedazo de tierra para vivir dignamente con su familia”, siguió mencionando al recordar a campesinos e indígenas que deberían beneficiarse de la Reforma Agraria, pero viven en zozobra y sufren constantes amenazas de desalojo.
En ese punto, cuestionó al Instituto de Bienestar Rural y de la Tierra (Indert), a quienes calificó de manguruyúses, “por entregar y vender a precios irrisorios tierras del Estado” en lugares estratégicos, como es el caso de las tierras en el distrito de Carmelo Peralta.
La Justicia lenta y una Fiscalía más profesional
El obispo Gabriel Escobar no dejó pasar a los encargados de impartir justicia en este país y consideró que es lenta, costosa e insuficiente.
“La Justicia tardía no es Justicia, y donde muchas veces el pobre no denuncia porque tienen el concepto de que al indigente nunca se le escuchará y ni le harán justicia. ¡Esto no puede ser!”, puntualizó.
Igualmente, dirigió su sermón a las autoridades que ocupan lugares sin tener el perfil correspondiente y usó de ejemplo los casos que se fueron dando dentro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM).
Bajó la lupa también puso a la Fiscalía y urgió que un Ministerio Público “más profesional y empático con el pueblo”, que verdaderamente se preocupen por velar por el bien común y por cuidar el medioambiente, y mencionó el gran incendio en la zona de Chovoreca, Chaco paraguayo, donde fueron consumidas más de 200.000 hectáreas y todo quedó impune.
Inseguridad, paraguayos secuestrados y educación de calidad
Otras de las tareas pendientes que citó el religioso es la inseguridad a la que está expuesta la población. A su criterio, es necesario profesionalizar a los agentes policiales.
Tampoco se olvidó de los familiares de los secuestrados Edelio Morínigo, Félix Urbieta y Óscar Denis.
“Acompañemos a nuestros compatriotas y familiares que todavía lloran la desaparición de sus seres queridos y aún no pueden dar santa sepultura”, dijo Escobar.
Invertir en una educación de calidad y equitativa para todos los paraguayos fue otro de los reclamos que realizó. “Necesitamos reformas de fondo no de forma”, aconsejó e imploró a las autoridades utilizar el dinero de las binacionales. Se mostró en contra del aumento de impuestos y de servicios públicos como Essap y la ANDE.
Salir a reconocer las necesidades de la gente
El obispo exhortó a las autoridades, que ocupan puestos que el pueblo les confió, a que salgan a conocer las necesidades de la gente en los hospitales, escuelas, colegios, servicios públicos, asentamientos, colonias, distritos, “para ver y sentir las necesidades acuciantes de su pueblo”.
Fuente. UH

