Propuestas de todo tipo marcaron la campaña de los dos principales contendientes al cargo de presidente de la República. Ningún planteo ha roto con la apatía y muchas ideas son ambiguas.
Promesas de difícil cumplimiento real o sobredimensionadas, propias de la campaña presidencial y, en contrapartida, nula o escueta mención de problemas del Estado como la cuestión de mejora del gasto público o el abordaje de la problemática de la seguridad social y su supervivencia en el tiempo. Esto es lo que, hasta ahora, ofrecen los principales candidatos a la presidencia de la República.
Tanto Efraín Alegre, de la Concertación Nacional Para Un Nuevo Paraguay; como Santiago Peña, de la Asociación Nacional Republicana (ANR), están a las puertas de enfrentarse el 30 de abril y la producción de propuestas de todo tipo que buscan impactar en el plano social, económico y de seguridad se aleja cada vez más de la realidad.
De hecho, los principales candidatos tienen la urgencia de prepararse de la mejor forma para enfrentar el tramo final de las elecciones.
La escalada populista ha dado cabida a que se considere bajar la tarifa de luz al 90% en algunos casos. La propuesta, si bien agradable al bolsillo de la ciudadanía, carecería de estudios técnicos para su factibilidad, según sus críticos. Lo cierto es que la idea cuenta con una fuente de financiamiento: Recortar los gastos reservados de las entidades binacionales.
No menos irrealizable pareciera la tarea que se impone el candidato colorado, que en su programa “plata en tu bolsillo” promete crear 500 mil puestos de trabajo en cinco años de gobierno apelando a la inversión. No obstante, como ya lo han señalado datos económicos, el país no será atractivo mientras no se garantice la seguridad jurídica, así como no se tenga mayor inversión en salud y educación.
También en la propuesta de salud universal pública y gratuita, que si bien fue un logro del Gobierno del ex presidente Fernando Lugo y Efraín piensa replicar, lo cierto es que el factor de descentralización debe ir de la mano y esto no se consigue con un Estado que, por la pesada carga que implican sus gastos rígidos, ofrece pocas garantías de cumplir con sus servicios más básicos.
Peña, desde su abordaje despectivo a la problemática de drogas, generó polémica por sus declaraciones. Su postura suscitó una aguda crítica dado que redujo a la frase “chau, chespi” su programa de erradicación de la denominada “droga de los pobres”. En una palabra redujo el problema al ámbito policiaco y penal y no una propuesta de solución integral.
Omisiones. Algunos de los temas que quedaron bajo la alfombra en esta campaña por parte de los dos contendientes fue el aspecto de los gastos superfluos del Estado, así como la estrategia para el combate real a la corrupción pública de manera efectiva.
También quedó rezagado el abordaje del tema de transporte público, cuya problemática fue nuevamente foco en las últimas semanas dado el pésimo servicio que se agudizó con las reguladas.
Fuente. Útima Hora