Las fuerzas militares iniciaron una nueva fase de la Operación Ágata-Frontera Sur para reprimir el contrabando, tráfico de armas y de drogas en la Triple Frontera. Aplicarán rigurosos controles en zonas estratégicas del estado de Paraná.
La última edición de este operativo fue en marzo pasado y permitió la detención de 22 personas y la incautación de productos ilegales valuados en 83 millones de reales. En ese sentido, las drogas, cigarrillos (en su mayoría fabricados por TABESA), armas y productos electrónicos aparecen entre los más incautados.
Para esta ocasión, el Gobierno brasileño desplegó 1.000 solados que trabajan coordinadamente con 12 ministerios y 20 organismos gubernamentales para llevar adelante patrullajes terrestres, fluviales y aéreos en zonas fronterizas tanto con Paraguay como Argentina.
Uno de los puntos estratégicos donde los vehículos son objetos de control es en el expuesto de peaje situado en la ciudad brasileña de San Miguel de Yguazú, a unos 41 kilómetros de Ciudad del Este.
Las acciones también fueron reforzadas en la cabecera del Puente de la Amistad y en los caminos rurales más utilizados por traficantes y contrabandistas para eludir los puestos fijos de control instalados en las rutas brasileñas.
Entretanto, en los ríos Paraná, Yguazú y en el lago de Itaipú, también iniciaron los procedimientos de gran envergadura para combatir las actividades ilegales que en gran medida están ligadas al crimen organizado.
Repercute en el comercio
La militarización desalienta aún más la llegada de “sacoleiros” (compradores brasileños) en el alicaído comercio esteño, debido al temor que tienen de perder sus mercaderías. El operativo no tiene fecha de conclusión, pero se estima que se extendería durante más de una semana.
Fuente. Abc Color
