El mal uso de los fármacos que ayudan a controlar el peso despierta preocupación de los especialistas en Endocrinología, quienes advierten sobre los efectos colaterales que pueden derivar su automedicación. En el Paraguay su comercialización es de venta libre en las farmacias.

La semaglutida es un medicamento inyectable en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Su uso, además de los resultados positivos sobre la glicemia, demostró favorecer la pérdida de peso, lo que ha llevado a su uso como terapia para la obesidad o sobrepeso.
En las farmacias del país, estos fármacos son de venta libre y su creciente demanda genera preocupación en los médicos endocrinólogos.
La doctora Fabiola Romero, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Endocrinología, explicó en entrevista con Monumental 1080 AM los efectos colaterales de este medicamento para la salud a causa del mal empleo y sin indicación médica.
“En muchas ocasiones solicitamos al Ministerio de Salud que esto se dé bajo receta médica. Hasta el momento, lastimosamente, sigue siendo sin receta, pero hay que advertir que tiene riesgos si no se utiliza bajo un seguimiento médico estricto, sin tener indicación y que puede presentar efectos colaterales”, señaló.
Las principales reacciones adversas son los problemas gastrointestinales.
“Puede dar náuseas, vómitos, malestar estomacal, dificultad para digerir, estreñimiento, diarrea”, citó.
La experta indicó que si la persona que utiliza no cuenta con un plan alimentario y comete muchas transgresiones, como tomar alcohol y comer demasiado (glotonear), puede llegar a “vomitar sin parar”.
Estos fármacos se caracterizan por retrasar el vaciado gástrico, por lo que no hay que extralimitarse, de acuerdo con la médica. También disminuye el apetito y da saciedad.
Otra consecuencia no deseada es la pérdida de la masa muscular, cuya preservación es de suma importante para la salud a mediana edad y, sobre todo, para la vejez.
Asimismo, la especialista observó que el uso de este fármaco se vincula con el cáncer medular de tiroides (CMT), una enfermedad rara y que también es hereditaria.
“No deben utilizar personas que tengan antecedentes familiares de cáncer medular de tiroides o que tengan factores de riesgo que son compatibles con cáncer medular de tiroides”, subrayó.
El mal empleo también puede derivar en pancreatitis en personas que no moderan el consumo de algohol y en cálculos biliares (piedra en la vesícual).
“El tratamiento puede ser indefinido, la obesidad es una enfermedad crónica, así como la hipertensión. Uno logra controlarlo. Estos fármacos no lo curan, lo controlan”, finalizó.
Fuente. UH