
Tras golpear España, Portugal y Francia con temperaturas extremas, la ola de calor precoz que agobia a millones de europeos se desplazó este miércoles hacia el Este del continente, poco acostumbrado a los picos de calor.
En Alemania, el país de la UE más poblado, se podría incluso llegar en alguna localidad a 40ºC, como en Mannheim, en el suroeste, según el servicio meteorológico nacional.
En Berlín, con una máxima de 37ºC, la mayoría de las piscinas al aire libre estaban llenas a media tarde.
“Es un poco como un sauna”, comenta Nora, de 18 años, que vende fresas en un quiosco de una calle comercial de la capital alemana. “Me he traído dos litros de agua fresca y estoy intentando beber mucho”, confiesa.
En Dresde, en el este del país, las orillas del Elba se están secando y el río se evapora: el nivel del agua bajó a 64 cm, respecto a una media anual de dos metros.
El calor también llegó a Bélgica, donde se superaron los 35°C y el Atomium, el famoso monumento de acero inoxidable de Bruselas, permaneció cerrado el miércoles por la tarde.
Países Bajos vivió su primera “noche tropical” del año, con temperaturas por encima de los 20ºC.
En Francia, los termómetros superaron el martes los 40°C en el sur y los 38°C en París, donde se activó por primera vez la alerta roja en cinco años.
El “pico más intenso” ya pasó, afirmó el Gobierno, que registró dos muertes como consecuencia de enfermedades relacionadas con el calor.
España también vivió su mes de junio más caluroso, con una temperatura media de 23,6ºC, superior incluso al promedio normal que suelen tener julio y agosto. Y Portugal batió un récord de temperatura en un mes de junio, con los 46,6ºC que se alcanzaron el domingo en Mora.
Fuente. UH