Los siete planetas del sistema solar (además de la Tierra) son durante esta semana visibles al atardecer formando además una aparente alineación sobre una imaginaria línea curva –nunca perfecta– sobre el horizonte.
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Cinco de ellos son además visibles a simple vista con cielos despejados, ya que al oeste aparece en primer lugar Mercurio, muy cerca de Saturno y continuando el arco de una imaginaria línea eclíptica se pueden observar Venus, Júpiter y Marte, según los datos del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) español, que subrayó que se trata de una ocasión inusual porque permite ver hasta cinco de estos astros simultáneamente.
A esos cinco se suman dos más, Urano y Neptuno, pero en este caso ya solo visibles con telescopio, en una conjunción –solo aparente– inusual, pero que nada tiene que ver con “alineaciones milenarias”.
Sí constituyen un bonito efecto óptico, y hasta una oportunidad única para que los aficionados a la astronomía puedan contemplar a simple vista y fotografiar planetas, pero la aparente alineación o conjunción planetaria, que comenzó en enero y se va a prolongar hasta los primeros días de marzo, no es un evento astronómico excepcional ni tiene un interés científico especial.
La aparente alineación planetaria comenzó en enero con cuatro planetas (Venus, Saturno, Júpiter y Marte) y durante los últimos días se sumó a ese “desfile”, y con la posibilidad de verse también a simple vista, el diminuto Mercurio, el más pequeño del Sistema Solar y el más difícil de ver debido a su proximidad al Sol.
Las “alineaciones” planetarias estuvieron siempre rodeadas de un halo de misticismo muy alejado del rigor científico, y aunque algunas de ellas quedaron registradas como “históricas” –como la de 1982–, la ciencia demostró que en realidad nunca se llega a producir esa conjunción perfecta de los ocho planetas.
Fuente: UH