En lo que va del año, ya ocurrieron tres accidentes graves. El más reciente fue mortal. Una mujer en moto fue atropellada, a causa del adelantamiento indebido que realizó un vehículo en plena oscuridad.

Apenas amanece y la ruta PY07 ya es una amenaza latente. En el kilómetro 9, zona del asentamiento Libertad, en Presidente Franco, no hay lomadas, no hay iluminación ni banquinas. Pero sí hay velocidad, accidentes y una creciente desesperación vecinal. “Todos los días vivimos con el alma en la boca”, relata Celeste Villalba, pobladora del lugar.
Su preocupación, como la de muchos, se repite todos los días. Recordó que se encuentran en pie de guerra. Ya han movilizado, con gritos y carteles, cortando la ruta de manera intermitentemente, como grito colectivo, pero lastimosamente hasta el momento no tiene retorno, por lo que nuevas medidas de protesta están siendo analizadas entre los vecinos.
A lo largo de esa pendiente, desde la curva donde se encuentra la Escuela Básica N° 3537 José Félix Estigarribia hasta el puente del río Monday, la vía se convierte en un pasillo de riesgo constante. En lo que va del año, ya ocurrieron al menos tres accidentes graves. El más reciente fue mortal. Una mujer en motocicleta fue atropellada mientras otro vehículo realizaba un adelantamiento indebido en plena oscuridad.
El pavimento tiene doble franja amarilla, pero nadie la ve. Nadie la respeta. Los vecinos insisten en que la situación no da para más. Hoy fue esa señora –dicen–, mañana puede ser uno de sus hijos. La protesta que se realizó la semana pasada no surgió de la nada. Fue organizada por la comisión vecinal Libertad, integrada por vecinos cansados de promesas. Ya tocaron puertas en la Municipalidad de Presidente Franco, donde se les explicó que el mantenimiento de esa ruta no es competencia municipal, sino del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Una respuesta que, para ellos, suena a evasiva. “Se pasan la pelota, nadie se hace cargo”, señalan los vecinos.
OSCURIDAD. La situación se agrava en invierno. Los escolares del turno mañana, que deben salir de casa en plena oscuridad, caminan a la escuela por el mismo tramo donde los vehículos pasan “como si estuvieran en una carrera”, denuncian los padres. La falta de lomadas y la total ausencia de iluminación convierten el acceso al asentamiento en una trampa para niños, ancianos y peatones en general. “Es un quebranto dejar salir a nuestros hijos a las seis de la mañana. No hay luz, no hay veredas, no hay ni una maldita banquina. Los autos y camiones pasan a alta velocidad, y si hay neblina ni siquiera se ve el camino”, describe Celeste, temerosa.
El borde de la ruta está lleno de malezas, piedras y basuras. Por allí los vecinos deben caminar. Sin un solo centímetro de banquina pavimentada, muchos se ven obligados a avanzar directamente sobre el asfalto. El riesgo es constante, y para los conductores imprudentes, invisibles.
Los vecinos siguen en pie de guerra. La última manifestación solo fue una advertencia. Durante varias horas, cerraron ayer la ruta PY07 por lapsos de 10 a 15 minutos, dejando pasar a los vehículos entre bloqueos.
VOLVERÁN A LA RUTA. La intención no es generar caos, dicen, sino llamar la atención de autoridades que hasta ahora parecen sordas.
“Si no nos escuchan ahora, vamos a volver a cerrar. Y no una, sino las veces que sean necesarias. Queremos dos lomadas y luz en el acceso al asentamiento, no estamos pidiendo lujos”, insistió.
La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) también fue aludida. Los pobladores exigen la instalación urgente de iluminación artificial en el tramo más crítico. La oscuridad, dicen, es cómplice del peligro.
Además, hicieron un llamado a la conciencia ciudadana: Pidieron a los conductores mayor prudencia y respeto. “Pasan volando, como si la ruta fuera de ellos. Pero acá hay gente, hay familias, hay chicos. No es una pista de carrera”, remarcaron.
Fuente. UH