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Día del Libro Paraguayo: Celebrar lo que somos, por lo que leemos

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Cada 25 de junio, Paraguay celebra el Día del Libro Paraguayo, una fecha que invita no solo a conmemorar un hito literario, sino a reflexionar sobre el papel de la lectura, la escritura y la identidad cultural en la construcción del país. Este día fue elegido en homenaje a Ruy Díaz de Guzmán, autor del primer libro escrito por un paraguayo: Anales del descubrimiento, población y conquista del Río de la Plata, más conocido como La Argentina, concluido el 25 de junio de 1612.

Herramienta EDUCATIVA. Más de cuatro siglos después, el libro paraguayo sigue siendo una herramienta esencial de memoria, reflexión y proyección. Aunque la industria editorial local enfrenta desafíos estructurales –como la falta de agentes literarios, escasa inversión estatal y una limitada red de distribución– también es cierto que hay signos de esperanza: nuevas editoriales independientes, jóvenes autores con propuestas diversas y un creciente interés por la lectura, especialmente entre los más jóvenes.

“El Día del Libro es una oportunidad para hablar, reflexionar y debatir sobre el presente y el futuro del libro en nuestro país”, destaca el escritor y periodista Alcibiades González Delvalle, quien fue distinguido como Escritor del Año en los premios Clap 2025.

Además, agregó que hoy más que nunca debemos valorar el rol de la literatura como espacio de memoria, identidad y justicia social.

Por otro lado, señaló que en los últimos años, las políticas públicas como la adquisición de libros de autores paraguayos para bibliotecas escolares, así como el fortalecimiento de ferias y encuentros literarios, han sido pasos claves.

Aun así, queda mucho por hacer: mejorar el acceso a libros en el interior del país, integrar más profundamente a los autores nacionales en el sistema educativo, y asegurar que la lectura no sea un privilegio, sino un derecho.

“Se dio un gran paso con la iniciativa del Ministerio de Educación de adquirir libros paraguayos para las bibliotecas de las escuelas y los colegios”, asegura.

DEL PAPEL A LA PANTALLA. Las ferias del libro –como la de Asunción y las regionales– se han convertido en espacios fundamentales donde el público puede entrar en contacto directo con los escritores, descubrir novedades y celebrar la riqueza de nuestra literatura.

“Las ferias son la gran vidriera de la producción de los autores paraguayos e internacionales. Permiten al público estar cerca de la cultura literaria”, indica.

En ese sentido, en tiempos donde la tecnología redefine los hábitos culturales, la pregunta por el futuro del libro paraguayo no es menor. ¿Sobrevivirá el papel? ¿Podrá la narrativa nacional competir en un mundo globalizado y digitalizado? La respuesta parece estar en la capacidad de adaptación, pero también en el fortalecimiento de los vínculos con la comunidad lectora.

Para finalizar, el afamado escritor resaltó que el libro paraguayo está vivo, pero como toda obra viva, necesita lectores, escritores, editores, docentes, bibliotecarios y políticas que lo acompañen.

“Si ya empezaron a leer, que no lo dejen nunca más. Y si todavía no lo hicieron, que piensen en los beneficios de la lectura”, aconseja el escritor.

Porque leer no es solo una actividad individual: es una forma de reconocernos, cuestionarnos y proyectarnos como sociedad.

Fuente. UH

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