Guaraní cayó este miércoles ante el Botafogo en Río de Janeiro en donde el equipo paraguayo se adelantó en el marcador, pero no resistió y deberá firmar una remontada en casa para seguir en la Copa Sudamericana (2-1).
Botafogo, el dictatorial líder del Campeonato Brasileño, se impuso este miércoles por 2-1 a Guaraní en estadio Olímpico Nilton Santos de Río de Janeiro (Brasil) en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana 2023.
El Aurinegro no resistió y deberá remontar el marcador el próximo 9 de agosto, en Asunción, desde las 18:00, para seguir en la competencia internacional. Romeo Benítez, que gastó todas sus energías en el primer tiempo, hizo el gol que ilusionó al conjunto aurinegro.
EL PARTIDO. El Aborigen se plantó en Río de Janeiro en donde entró a defender, a jugar y a sorprender en el primer tiempo. A los 3 minutos, en la primera arremetida, hilvanó una jugada perfecta y coronó con la anotación de Romeo Benítez, quien definió a puerta casi vacía de Gatito Fernández, hoy titular en el equipo local.
Mucho tuvo que ver el esfuerzo de Néstor Camacho para recuperar un balón en el mediocampo y la guapeada de Raúl Cáceres. Estivel Moreira prolongó esa jugada con un centro envenenado para la sentencia del jugador que llamó la atención del Tata Martino y del Inter Miami.
Con el gol en su alforja, Guaraní trabajó bien el partido. Pasó sofocones, obviamente, pero sufrió menos de lo pensado. Marlon Freitas hizo besar el travesaño con una pelota enviada desde fuera del área a los 37 minutos, aunque también pudo estirar la ventaja desde esa misma vía con Néstor Camacho. Con el 1-0 llegó el descanso.
En el complemento, el Botafogo buscó soluciones con Matías Segovia, que se hizo famoso en todo Brasil por sus indescifrables regates. Y la energía de Segovinha fue clave para la superioridad del Fogão. Rodrigo Muñoz sostuvo al indio por un momento, pero pasando la hora ya no pudo hacer nada ante el precioso disparo de Hugo (65 min).
Ya sin vitamina en su cuerpo, Romeo dejó el campo de juego. Y Guaraní empezó a sufrir, porque el Botafogo no se conformó con el empate y presionó por el triunfo para venir más tranquilo a Asunción.
Y su búsqueda tuvo éxito en el final al encontrarse con un penal agónico que marcó Soares desde los doce pasos para castigar una de las desatenciones del Aurinegro.
Fuente. D10