Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este martes que el primer año de su tercer mandato como presidente de Brasil no podía ser mejor, ya que consiguió todo lo que había planeado, y se dijo aún más optimista para 2024.
“Estamos terminando el año de forma excepcional. No podía existir ningún analista político que hace un año pudiese imaginar que terminaríamos 2023 con la situación tan prometedora como en la que estamos”, afirmó el mandatario en su transmisión semanal por redes sociales.
Lula, que asumió su nuevo mandato el 1 de enero de 2023, afirmó que Brasil termina el año con el desempleo cayendo, los salarios aumentando, el precio de la comida bajando, el país volviendo a ser respetado en el mundo y la población más alegre y con más esperanza.
De acuerdo con las últimas proyecciones, Brasil terminará 2023 con un crecimiento económico de cerca del 3,0%, muy por encima del 0,6% que se preveía inicialmente; la tasa de desempleo (7,6%) en su menor nivel desde febrero de 2015; la inflación (4,5%) en su menor nivel en los últimos tres años, y con exportaciones, empleos y producción agrícola récords.
De acuerdo con Lula, esa situación es “algo muy placentero para quien heredó el Brasil que yo heredé, destrozado, procedente de una persona negacionista (en referencia al expresidente Jair Bolsonaro) que no creía en nada y que no hacía nada bueno”.
Agregó que le da gracias a Dios por lo conseguido este año, aunque dijo también ser mucho mérito de su Gobierno.
“Creo que el Gobierno está andando muy bien. Todos los ministros son muy dedicados y el trabajo de Haddad (el ministro de Hacienda, Fernando Haddad) ha sido extraordinario”, dijo.
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Lula afirmó que su ministro de Hacienda consiguió convencer al Congreso para aprobar las reformas económicas que Brasil necesita, incluso la tributaria, algo inédito debido a que el país llevaba casi tres décadas intentando modernizar y simplificar su régimen fiscal.
“No lo resolvimos todo, pero creo que dimos un paso gigantesco para que Brasil volviese a ser un país civilizado, con crecimiento económico, con distribución de la riqueza y con mejoría en la calidad de vida de la población. Por eso estoy feliz: no podía haber ocurrido algo mejor para mí que lo que ocurrió este año con mi Gobierno”, afirmó.
Agregó que pudo darse el placer de haberle dicho a los dirigentes de organismos internacionales como el FMI y la OCDE que se habían equivocado cuando proyectaban que Brasil terminaría el año con un crecimiento económico decepcionante.
Afirmó que espera que las cosas mejoren mucho más en 2024 debido a que hay muchas posibilidades de crecimiento gracias a que, como los bancos volvieron a ofrecer créditos a los consumidores y las empresas, el dinero está circulando más y va a llegar a la población en la forma de nuevos empleos y mejores salarios.
“Estoy muy optimista para 2024. No me pidan que esté pesimista porque no hay espacio para eso. Quiero que el pueblo llegue al final de la escalera y convertir a Brasil en un país de clase media en donde las personas puedan comer bien y vivir bien”, concluyó.
Fuente: UH